Protocolo Enero 2004: Protocolo para el manejo de vía aérea en pacientes con cancer de cabeza y cuello
Dr.
Juan Pablo Aristizabal L. (Residente de Anestesiología Universidad
Militar Nueva Granada)
Dr. Einar Bille-Fals. (Anestesiólogo - Instituto
Nacional de Cancerología)
Es indispensable realizar una
valoración adecuada con el fin de detectar
la posibilidad de obstrucción de la vía aérea durante
el acto anestésico. Esta valoración debe incluir información
pertinente acerca de la historia clínica de la enfermedad, examen
físico, antecedentes anestésicos previos (en especial manejo
de la vía aérea), plan quirúrgico, laboratorios y estudios
especiales.
HISTORIA: Se debe obtener información acerca de cirugías previas
y procedimientos anestésicos, incluyendo el manejo de la vía
aérea. La presencia de masas tumorales en cabeza y cuello con distorsión
en la anatomía crean una vía aérea potencialmente difícil.
(1)
Es importante examinar acerca de síntomas de vía aérea
superior como disnea, intolerancia al ejercicio, manejo de secreciones, cambios
en la voz, que pueden indicar localización y progresión de
la enfermedad; la disnea en decúbito supino indica presencia de masas
mediastinales.
EXAMEN FISICO: Con el examen físico se debe reconocer al paciente
en el que es necesario asegurar la vía aérea antes de la inducción
anestésica. Se deben hacer 3 preguntas durante la evaluación:
1. Puede el paciente adoptar la posición de olfateo? Los tumores en
cuello limitan esta posición al igual que la fibrosis por radioterapia
y pueden llegar a dificultar la movilización del cuello y la ventilación
con máscara facial. (1)
2. Qué índice de Mallampati tiene? Los pacientes con un índice
de tres o de cuatro tendrán mayor dificultad para el manejo de la
vía aérea; sin embargo, éste no debe reconocerse como única
variable en la valoración de la vía aérea, también
se debe medir la apertura oral que debe ser al menos de 4 cm, lo que permite
la colocación de la hoja del laringoscopio.(2) La irradiación
preoperatoria conlleva a edema glótico, trismus y rigidez epiglótica
y laríngea. (1)
3. Cuál es la distancia tiro-mentoniana? Si la distancia es menor
de 6 cm la visualización de la glotis puede ser difícil. (1,2)
Asociado a estas preguntas se debe examinar la dentadura del paciente, el
tamaño de la lengua y la auscultación de la laringe en busca
de estridor que hagan sospechar masas obstructivas. (2)
LABORATORIOS: La compresión extrínseca de la traquea o de
los bronquios que surge por acción de masas en mediastino anterior
es causa de obstrucción aguda de vía aérea durante la
inducción anestésica. Por medio de radiografía de tórax
convencional se identifican el 97% de los tumores en mediastino; además,
se aporta información como densidad relativa, naturaleza sólida,
quística, calcificaciones, localización y tamaño. La
ultrasonografía no es útil en estos pacientes, debido a que
las ventanas acústicas son muy estrechas. (3)
Estudios radiológicos como la Tomografía Axial Computarizada
(TAC) y Resonancia Nuclear Magnética (RNM) son útiles en determinar
la localización, tamaño, extensión e invasión
a tejidos blandos, a la tráquea y bronquios y a las estructuras vasculares
en la valoración de la vía aérea. La RNM es la modalidad
más indicada para el diagnóstico de lesiones neurogénicas
y trastornos vasculares; siendo recomendado su uso con medio de contraste
en casos que sea necesario definir la anatomía vascular. (1,3)
Las pruebas de función respiratoria aportan información útil
de alteraciones funcionales. Si hay sospecha de obstrucción parcial,
la curva flujo-volumen es útil para distinguir la localización
y si la obstrucción es fija o variable. (3)
Aproximadamente 33% de las complicaciones en anestesia son debidas a la imposibilidad de asegurar una vía aérea luego de la inducción anestésica. (1,2)
MÉTODOS PARA ASEGURAR LA VÍA AÉREA:
Si el paciente no tiene evidencia de compromiso o dificultad para mantener
una vía aérea permeable, se debe realizar la inducción
anestésica acompañada de relajación muscular para
facilitar la ventilación con máscara facial.
Si se predice dificultad para
establecer una vía aérea previo
al acto anestésico, se debe realizar laringoscopia directa bajo anestesia
tópica, ésta se debe realizar de la siguiente forma:(1)
1. Explicar el procedimiento al paciente.
2. Administrar oxigeno suplementario.
3. Administrar un agente anticolinérgico previo al procedimiento (Atropina)
Se deben evitar los bloqueos de
la vía aérea (traslaríngeo
y nervio laríngeo superior) ya que están contraindicados en
la presencia de tumores. (4)
La valoración de la vía aérea mediante laringoscopia
directa mientras el paciente se encuentra despierto, permite una adecuada
selección en la técnica para asegurar la vía aérea.
Si se logran visualizar adecuadamente las cuerdas vocales, se recomienda
iniciar la inducción y administrar un relajante de acción corta
para facilitar la intubación orotraqueal. Si no se visualiza la glotis
o hay dificultad, se debe realizar intubación con paciente despierto
utilizando las técnicas mencionadas a continuación. (1,5)
INTUBACION CON FIBROBRONCOSCOPIO
CON PACIENTE DESPIERTO: Si hay sospecha de vía aérea difícil por los hallazgos en la valoración
prequirúrgica o en la laringoscopia directa con paciente despierto,
se debe proceder con intubación con el paciente despierto, la cual
se puede realizar mediante fibrobroncoscopio. (1,6)
La vía nasal es preferible en pacientes con limitación en la
apertura oral, desviación traqueal, macroglosia y micrognatia.
Para utilizar esta vía se debe realizar previamente:
1. Aplicar vasoconstrictor nasal (oximetazolina 0.05%) para reducir riesgo
de sangrado.
2. Aplicar anestesia tópica en fosas nasales con lidocaina jalea y
si es posible lidocaina spray en orofaringe.
3. Durante el procedimiento es posible administrar oxigeno suplementario
a través del canal de succión de fibrobroncoscopio. De la misma
manera, se debe instilar lidocaina al 2% por el canal de trabajo del fibrobroncoscopio
sobre epiglotis, cuerdas vocales y tráquea.
4. Se inicia la fibrobroncoscopia y se avanza hasta llegar a tráquea
y visualizar carina, en este momento se avanza el tubo sobre el fibrobroncoscopio.
5. Se induce la anestesia general posterior a la conexión del tubo
con el circuito de anestesia y la confirmación mediante capnografía.
El uso de relajantes musculares depende de la lesión y la localización
de la masa para evitar compresión sobre la vía aérea.
Para realizar el procedimiento adecuadamente se sugiere: (1,2)
•
Trabajar con paciente colaborador y disminuir al máximo secreciones
en la vía aérea.
•
Permitir el tiempo necesario para una adecuada anestesia tópica.
•
Mantener la mesa de anestesia en su nivel más bajo y trabajar sobre
un elevador para facilitar la manipulación del fibrobroncoscopio.
•
Utilizar tubos iguales o menores a 7.5mm diámetro interno.
La intubación por vía oral se facilita con el uso de cánulas orales como la de Ovassapian o Williams, las cuales mantienen el fibrobroncoscopio en línea media y desplazan la lengua anteriormente para facilitar el paso del equipo y evitar el daño por parte del paciente. (2)
MÁSCARA LARÍNGEA: Su facilidad y rapidez en la inserción
ha hecho de la máscara laríngea un elemento útil en
casos de intubación fallida o manejo de vía aérea difícil.
Aunque su uso está en aumento, todavía hay controversia acerca
de su utilidad en paciente con cáncer de cabeza y cuello y patologías
que distorsionen la anatomía de la vía aérea. (1)
Si hay fracaso en los intentos de intubación, incluyendo mascara laringea
y fibrobroncoscopio y el paciente puede ser ventilado con mascara facial,
se recomienda descontinuar la anestesia, despertar al paciente y realizar
intubación con el paciente despierto utilizando el fibrobroncoscopio.
(2)
TRAQUEOSTOMIA Y/O CRICOTIROIDOTOMIA PERCUTANEA CON ANESTESIA LOCAL: Si el paciente que es llevado a cirugía presenta episodio de obstrucción aguda de la vía aérea, está indicada la traqueostomia con anestesia local para asegurar la vía aérea previo a la anestesia general. Se debe tener extrema precaución en la sedación con estos pacientes. (1)
Una vía aérea difícil no esperada o intubación
fallida después de la inducción de anestesia general no es
infrecuente en pacientes con cáncer de cabeza y cuello, y el anestesiólogo
debe siempre tener un plan de acción en caso de estas situaciones.
Para minimizar la incidencia de vía aérea difícil no
anticipada o intubación fallida se sugiere:
•
Tener precaución en la valoración prequirúrgica y establecer
que el tumor puede haber progresado desde la valoración o haber recibido
radioterapia previamente.
•
Si hay dudas acerca de la vía aérea, realizar intubación
despierto.
• Evitar la prisa y realizar los procedimientos con tiempo.
• Llamar por ayuda en caso de necesitarla.
La cricotiroidotomía tiene dos contraindicaciones absolutas: menores
de 6 años y fracturas de faringe. Esta es una técnica fácil
de realizar, en donde se deben seguir los siguientes pasos:(2)
1. El paciente es colocado en posición supina con ligera hiperextensión
de la cabeza, y preparación de la piel.
2. Se realiza incisión vertical de 1-1,5cm en la línea media
sobre el tercio inferior de la membrana cricotiroidea.
3. Se introduce catéter venoso a través de la incisión
en dirección caudal hasta aspirar aire, donde se retira el catéter
y se avanza el mandril.
4. A través del catéter se avanza la guía metálica
atraumática, y se retira el catéter. Una vez retirado, se avanza
el dilatador montado con la cánula aérea sobre la guía
metálica hasta introducirlo en vía aérea, momento en
el cual se retira guía metálica y dilatador.
INTUBACION RETROGRADA CON PACIENTE DESPIERTO: Cuando no es posible la intubación
por fibrobroncoscopio o cuando hay abundante sangre y secreciones en la vía
aérea esta indicada la utilización de la vía retrograda
como alternativa en el paciente despierto.
El paciente debe colocarse en posición de olfateo, si no hay contraindicación
para bloqueo traslaringeo se debe realizar posterior a avanzar catéter
18 a través de la membrana cricotiroidea, después de retirar
el mandril del catéter se avanza guía metálica atraumática
en J hasta obtenerla por boca. Se avanza el tubo hasta alcanzar la membrana
cricotiroidea, donde se retiran guía y se avanza tubo simultáneamente.
Se pueden realizar intubaciones retrogradas en combinación con fibrobroncoscopio,
obteniendo la guía en J a través del canal de succión
y avanzando el tubo a través del fibrobroncoscopio. (2)
INTUBACION CON FIBROBRONCOSCOPIO CON PACIENTE ANESTESIADO: Si la ventilación con mascara facial es adecuada, se debe continuar la anestesia y se debe asegurar la vía aérea mediante intubación nasal u oral mediante fibrobroncoscopio. (1)
VENTILACION TRANSTRAQUEAL
TIPO JET: Si no es posible mantener una ventilación
adecuada con máscara facial, después de una vía aérea
difícil no anticipada o intubación fallida, el uso de ventilación
transtraqueal debe realizarse de inmediato. (1,5)
La técnica incluye el uso de un catéter 14 a través
de membrana cricotiroidea en dirección caudal, conectada a un inyector
de oxigeno unido a la fuente central y regulada manualmente a presiones menores
de 50psi.
Esta técnica en temporal mientras se asegura la vía aérea
mediante laringoscopia directa, fibrobroncoscopio, intubación retrograda
o mediante vía quirúrgica.
BRONCOSCOPIO RIGIDO: En casos de obstrucción subglótica (compromiso tumoral por Cáncer de tiroides, compresión extraluminal de la traquea, usualmente por masa mediastinales o nódulos linfáticos) el uso de broncoscopios rígidos esta indicado para obtener y mantener una vía aérea permeable. Su uso de debe realizar con un equipo adecuado y personal calificado. (1)
EXTUBACION: El momento de la extubación dependerá del grado
de edema y distorsión en la anatomía producida por la cirugía,
siempre y cuando la intubación durante la inducción se haya
logrado con facilidad. (1)
Si la cirugía fue de tiempo prolongado requiriendo colgajos libres
para reconstrucción, se recomienda extubación programada en
la unidad de cuidados intensivos.
Siempre se debe contar con el equipo necesario para intubar durante la extubación.
Se debe tener precaución con el uso de cánulas orales o nasales
para prevenir daños en la cirugía realizada en naso y orofaringe.
En algunos casos se puede realizar extubación a través de estilete
de extubación. El paciente se debe colocar en posición semisentado,
con anestesia tópica en orofaringe, área glotico y a través
del tubo. Se debe introducir el estilete y retirar el tubo a través
de el, se evalúa la respuesta por 20 minutos y se retira el estilete.
Idealmente este debe tener adaptador para administrar oxigeno suplementario.
(2)
Debe recordarse que siempre que halla dificultad en la intubación
en estos pacientes se debe realizar extubación programada. (1)
El manejo de la vía aérea es de vital importancia en el plan
anestésico, siempre se debe mantener una comunicación adecuada
entre el cirujano y el anestesiólogo con el fin de adoptar la mejor
manera de asegurar la vía aérea. Siempre se debe realizar una
valoración adecuada y establecer si se puede o no asegurar la vía
aérea después de la inducción de la anestesia general,
cuando hay dudas se debe realizar laringoscopia directa bajo anestesia tópica
con el paciente despierto. Ante vía aérea difícil se
debe iniciar con intubación en paciente despierto por fibrobroncoscopia
o por alguna técnica alternativa descrita anteriormente. Ante ventilación
inadecuada con mascara facial se debe recurrir al uso de mascara laringea
o en algunos casos ventilación transtraqueal mientras se establece
una vía aérea definitiva.
Después de cirugía la extubación esta determinada por
la duración, edema y manipulación de la vía aérea
siempre que halla sido lograda con facilidad en la inducción, si la
vía aérea fue difícil durante la inducción anestésica,
la única alternativa es extubación programada, con mínimo
riesgo de sangrado, edema y obstrucción.
BIBLIOGRAFIA
1. Dougherty Thomas. The cancer patient. Airway management of surgical patients
with head and neck malignancies. Anesthesiology Clinics of North America.
Vol 16 (3). Sept 1998
2. Hagberg Carin. Handbook of Difficult airway management.
3. Narang Sanjeet. Anestesia en pacientes con masa mediastinica. Clinicas
de Anestesiologia de Norteamerica. Vol 3. 2001
4. Stoelting Robert. Cancer. Anesthesia and Coexisting Disease. Fourth Edition.
2002.
5. Practice Guidelines for Management of the Difficult Airway. A report by
the American Society of Anesthesiologists Task Force on the Management of
the Difficult Airway. Anesthesiology. 78:597-602, 1993
6. Doyle John. Enfermedades de las vías respiratorias superiores y
su tratamiento: una sinopsis. Clinicas de Anestesiologia de Norteamerica.
Vol 4. 2002.
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