Prevención perioperatoria de isquemia coronaria
Dr.
Javier Benítez Quiroz. Residente II Anestesiología y
reanimación. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá.
Dr. Einar Sten Billefals V. Especialista en Anestesiología y Reanimación,
Anestesiologo Instituto Nacional de Cancerología. Bogotá
PREVENCION
ISQUEMIA CORONARIA PERIOPERATORIA
Paciente de 81 años programado para resección de carcinoma basocelular en nariz más reconstrucción con colgajo.
Antecedentes personales: Hipertensión arterial de 10 años
de evolución en tratamiento con enalapril 10 mg. cada 12 horas. Diabetes
mellitus de 2 años de evolución en tratamiento con dieta y
glibenclamida 5 mg. cada 12 horas. Apendicetomía hace 20 años
bajo anestesia general sin complicaciones.
Revisión por sistemas: Clase funcional II. Refiere pérdida
de la agudeza visual leve.
Examen físico:
Presión arterial (PA): 140/80 mm Hg., frecuencia cardiaca (FC): 85
latidos por minuto, frecuencia respiratoria (FR): 16 por minuto. Extremidades:
varices miembros inferiores grado I. Resto normal.
Paraclínicos: Hemoglobina: 15 g%, Hematocrito:46 %, Leucocitos:8000
/ mm 3, PMN: 66%, Plaquetas: 270000 / mm3, Creatinina: 1.0 mg/dl, Glicemia:
160 mg/dl, TP: 12/13 TPT: 30/31, radiografía de tórax: leve
crecimiento ventricular izquierdo, electrocardiograma: onda de necrosis antero
septal.
Valoración por servicio de cardiología: Solicitan ventriculografía
isotópica que demuestra necrosis del 12% septal, sin otras áreas
de isquemia. Fracción de eyección ventricular izquierda de
50%.
Valoración por servicio de anestesia: Paciente con diagnóstico
de :
1. HTA crónica.
2. Diabetes mellitus tipo 2.
3. Enfermedad coronaria.
Se clasifica como ASA 2/5 con riesgo quirúrgico 2/5. Se decide programar.
Continuar medicación antihipertensiva y suspender hipoglicemiante
24 horas previo al procedimiento. Ayuno de 8 horas.
MANEJO ANESTESICO
Monitoria: oximetría de pulso, visoscopio, presión arterial
no invasiva en miembro superior derecho.
Glucometria prequirúrgica: 183 mg %
PA: 160/95 mm Hg., FC: 85 por minuto, FR: 16 por minuto.
Se canaliza con catéter venoso periférico No. 16 en miembro superior
derecho. Reposición de pérdidas insensibles y mantenimiento con
Solución salina al 0.9% 1000ml.
Inducción anestésica endovenosa: Midazolam 2mg. Metoprolol 1mg
y posteriormente 1mg más hasta obtener una frecuencia de 65 por minuto.
Remifentanil 0.25 mcg/kg /minuto por tres minutos. Propofol 50 mg
Rocuronio 40mg.
Se procede a intubación orotraqueal con tubo 8.0 mm. ya que el procedimiento
presentaba sangrado con escurrimiento faringeo que contraindicaba el uso de
máscara laríngea. No hubo alteración en la respuesta simpática
del paciente. Se deja mantenimiento anestésico inhalatorio y endovenoso
con sevoflurane 1% con oxígeno al 0.7 L/min, remifentanil entre 0.15-0.25
mcg/kg/min según respuesta intraoperatoria del paciente. La analgesia
se manejó con morfina endovenosa 5mg 10 minutos antes de la extubación
del paciente asociado a dipirona 3gr. La frecuencia cardiaca se mantuvo entre
60 y 65 por minuto sin repercusión hemodinámica.
El tiempo operatorio fue de 2 horas 30 minutos. La extubación se realiza
sin complicaciones ni respuesta hipertensiva, previa aplicación de Metoprolol
1mg IV. Líquidos tibios endovenosos totales de 2500 ml con sangrado
mínimo asociado. Glucometria postoperatoria de 140 mg/ml.
El paciente es hospitalizado por 24 horas y es dado de alta sin complicaciones.
Es valorado 7 días después en la consulta externa de cirugía
plástica sin complicaciones.
Los procedimientos quirúrgicos de baja complejidad, pueden presentar
gran riesgo anestésico por la morbilidad asociada que pueden tener
los pacientes. Los eventos cardiovasculares como el infarto agudo del miocardio
son complicaciones de cirugía que ocurren en un 1-5% de pacientes
sometidos a procedimientos no cardiacos (1), y se asocian con incremento
en la morbilidad, una mortalidad elevada (50-80%) y altos costos hospitalarios.
La mortalidad asociada con la anestesia y cirugía se define como la
tasa de muerte en los 30 días posterior a la operación. Esta
aumenta con la edad y es así como la mortalidad es del 1.2% en la
población general y aumenta a un 2.2% para pacientes entre 60-69 años,
2.9% entre los 70-79 años y un 5.8-6.2% en pacientes mayores de 80
años (2).
Los pacientes con enfermedad coronaria tienen una incidencia de infarto perioperatorio
del 4.2% y una tasa de reinfarto del 5.5 % si la edad es mayor de 65 años
(comparada con 3.5%-4.2% de reinfarto en la población general)(2).
Los episodios de isquemia cardiaca, la cual es la complicación cardiovascular
más frecuente en ancianos sometidos a cirugía no cardiaca,
ocurren en un 21-41% de pacientes con enfermedad coronaria durante la primera
semana después de una cirugía no cardiaca. Usualmente ocurre
3 días después del posoperatorio. La mayoría de los
eventos coronarios son silentes en el intraoperatorio manifestándose
principalmente por la aparición de arritmias e infradesnivel o supradesnivel
del segmento S-T. No tienen ondas Q en el ECG. El efecto residual de la anestesia
entre los cuales se incluye el desarrollo y recuperación de la hipotermia
y el efecto residual de los opiodes e inhalados asociados con el dolor posoperatorio
son los responsables de este efecto. El infarto miocárdico intraoperatorio
es usualmente debido a ruptura de una placa inestable (13). El infarto posoperatorio
es por disbalance entre el aporte y consumo de oxigeno(13). Los pacientes
ancianos con enfermedad coronaria deberían ser monitorizados con enzimas
cardiacas en el posoperatorio, especialmente mediciones de troponina(2,5).
La senectud(generalmente no establecida universalmente, pero en la mayoría
de estudios es la edad mayor a 65 años) trae consigo cambios a nivel
cardiovascular que predisponen al desarrollo de isquemia perioperatoria.
Estos cambios son: expresión de genes relacionados con la fibrosis,
alteración de factores que controlan el crecimiento, falla en la homeostasis
del calcio, incremento en la apoptosis miocítica e incremento en la
secreción de péptido natriurético atrial que conllevan
a disminución de la contractibilidad intrínseca, disminución
de la velocidad de contracción miocárdica, incremento en las
presiones de llenado ventricular, disminución de la reserva del flujo
coronario y disminución de la capacidad moduladora cronotrópica
e inotrópica de los receptores beta adrenérgicos. (5) La frecuencia
cardiaca pico disminuye, las dimensiones del ventrículo aumentan y
el mecanismo de Frank-Starling asume gran importancia para mantener el gasto
cardiaco y el volumen sistólico(13).
La prevención de la isquemia perioperatoria tiene varias etapas:
1. Manejo preoperatorio:
- Estratificación del riesgo cardiovascular según el acto quirúrgico.
- Procedimientos de alto riesgo: implican un riesgo cardiaco mayor del 5%.(2)
- Procedimientos de riesgo intermedio: menos del 5%.(2)
- Procedimientos de riesgo bajo: más del 1%.(2)
- Cuidadosa historia clínica.(3-4)
- Aplicación adecuada de las guías de la AHA para evaluación
cardiovascular para cirugía no cardiaca.(3-4)
- Abolir el cigarrillo 8 semanas antes.(3-4)
- Corrección de la malnutrición y otra enfermedades coexistentes.(3-4)
2. Manejo perioperatorio:
- Abolir el disbalance entre la demanda y el aporte de oxígeno miocárdico.
La demanda miocárdica de oxígeno en el ventrículo izquierdo
es dependiente de la frecuencia cardiaca, la contractibilidad miocárdica
y las condiciones previas del ventrículo izquierdo. La administración
de Betabloqueadores ha demostrado disminución de la mortalidad a mediano
y corto plazo en pacientes de alto riesgo (1,2,5,6,7,9,10,11).el mayor efecto
está en la reducción de la frecuencia cardiaca ( con un incremento
en el tiempo de perfusión diastólico), el cual es mayor si
esta baja a valores menores de 75 por minuto(11). Los Betabloqueadores también
disminuyen el consumo metabólico de oxígeno. Su efecto antiarrítmico
es otra ventaja al igual que la reducción de la circulación
de ácidos grasos libres por inhibición de la lipólisis
lo cual lo protege del desarrollo de fibrilación ventricular. El Atenolol
reduce la labilidad hemodinámica, facilita la recuperación
y disminuye los requerimientos de analgesia posoperatoria. Los betabloqueadores
perioperatorios sostienen el consumo de oxigeno en 5.5 ml/kg/min(1.5 METS)
(13).
La elección de los criterios del uso de Betabloqueadores ha sido propuesta
basado en un estudio realizado por Mangano y cols (1,7) así:
Criterio Clínico menor: usar betabloqueador si hay dos de los siguientes
hallazgos:Edad mayor a 65 años, hipertensión, fumador actual,
colesterol mayor a 240 mg/dl y diabetes mellitas que sea tratada con hipoglicemiantes.
(1)
Criterios clínicos mayores: Usar con 1 solo hallazgo, procedimientos
quirúrgicos de alto riesgo, enfermedad coronaria conocida, antecedentes
de ECV, diabetes mellitus insulinorequiriente, insuficiencia renal crónica.
(1).
Los pacientes con falla cardiaca congestiva que reciben betabloqueadores
de larga data tales como aquellos con fracción de eyección
menor al 40% y cardiomiopatía isquémica e idiopática
se benefician de su uso intraoperatorio, mientras que los pacientes con falla
cardiaca aguda no son tributarios de su uso. (13).
Hay muchos esquemas pero es de elección Betabloqueadores B1 selectivos
especialmente Atenolol 5-10 mg iv o metoprolol 2mg IV hasta obtener una frecuencia
cardiaca menor o igual a 65 por minuto (1,7) y en pacientes inestables esmolol
500 mcg/kg y si es necesario una infusión de este de 50-200 mcg/kg/minuto
hasta obtener la frecuencia cardiaca deseada. (1). La terapia debe ser continuada
en el posoperatorio con Atenolol 5-10 mg IV dos veces al día o esmolol
en las mismas dosis antes descritas. En aquellos pacientes que no toman Betabloqueadores
lo ideal seria iniciar Atenolol 50-100 mg o bisoprolol 5-10 mg preoperatoriamente
30 días antes de la cirugía. En los pacientes que vienen recibiendo
terapia previa se debe continuar hasta obtener una frecuencia cardiaca menor
o igual a 65 por minuto. (1). Algunos autores recomiendan que en poblaciones
de bajo a moderado riesgo la terapia debe ser continuada en la primera semana
posoperatoria o mínimo por 72 horas (13) y que pacientes sometidos
a cirugía mayor al menos 14-30 días. (11).
Los agonistas alfa dos como la clonidina y sobre todo el mivazerol ha demostrado
reducir la incidencia de taquicardia e isquemia miocárdica. El uso
de nitratos es controvertido y el uso de antagonistas de los canales del
calcio no han demostrado beneficio (7, 8).
- Elección de técnicas anestésicas generales más
regional.
- Uso de agentes anestésicos de acción ultracorta (2).
- Mantener un hematocrito mínimo de 30. (13)
- Evitar la sobrecarga hídrica y la hipotensión (2).
- Prevención de hipotermia: se ha demostrado que la hipotermia no
intencional esta asociada con una gran incidencia de isquemia miocárdica
postoperatoria, angina e hipoxemia durante las primeras 24 horas cuando esta
es menor de 35 grados centígrados (12).
3. Manejo postoperatorio:
- Evitar la Hipoxemia. (2,12)
- Prevenir la hipotermia.(12)
- Adecuado control del dolor con analgesia multimodal (2,6): el adecuado
control posoperatorio del dolor produce acciones antiisquémicas dado
por sus efectos en la modulación de citoquinas y la respuesta neurohormonal.
La activación simpática causada por el dolor posoperatorio
es altamente deletérea en pacientes con enfermedad coronaria. El uso
de liberal de opiodes sistémicos ayuda a atenuar dicho efecto (preferiblemente
morfina por sus beneficios cardioprotectores dado por su interacción
con el receptor delta uno). (6).
Aun queda mucho por conocer y aplicar en la prevención de isquemia
perioperatoria: factores de crecimiento, agonistas de los opiodes delta uno,
medicamentos que aumentan la acadesina y adenosina (6).
Este caso clínico de complejidad quirúrgica baja implica un
manejo fisiopatológico y anestésico que requiere habilidad
y amplios conocimientos por parte del anestesiólogo en pro del bienestar
del paciente.
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