Protocolo para el manejo del paciente en cirugía microvascular
Dr.
Eduardo Betancourt. (Anestesiólogo
- Instituto Nacional de Cancerología)
Dr.
Jose Afanador (Residente III de Anestesiología
Universidad Nacional de Colombia)
PROTOCOLO MANEJO
ANESTÉSICO DEL PACIENTE EN CIRUGÍA
MICROVASCULAR
1. CONSIDERACIONES GENERALES
Los defectos de los tejidos blandos se pueden reparar por medio de:
- Injertos de piel y colgajos locales sin interrumpir el paquete vascular
- Rotación de colgajos
- Colgajos libres, donde se interrumpe la suplencia sanguínea y se
trasplanta a otra parte del cuerpo para la re-anastomosis de la arteria y
vena permaneciendo este tejido sin inervación y sin flujo linfático.
Los sitios comunes donantes de colgajos incluyen la región del antebrazo
radial y cubital, el músculo dorsal ancho y el músculo recto
abdominal trasverso (TRAM) principalmente uso de los colgajos libres es útil
en cirugías para reimplantes luego de amputaciones traumáticas,
lesiones con gran pérdida de tejido, quemaduras, escisiones extensas,etc.
La cirugía microvascular permite transferir tejido vascularizado libre
(colgajo) el cual incluye piel, músculo y hueso entre otros.
El manejo anestésico se dirige a mantener una adecuada perfusión
regional para evitar el riesgo de hipoperfusión y falla del colgajo.
Es importante el conocimiento en la fisiología circulatoria para llevar
a cabo con efectividad la cirugía y preservar el flujo sanguíneo
en el tejido trasplantado, y el control de cualquier patología previa
para disminuir el riesgo de complicaciones.
Se ha reportado una incidencia de trombosis del 5.1% y pérdida del
colgajo en un 3.2% en una serie de 900 colgajos libres en cirugía
de cáncer; de origen venoso en el 54%, arterial en el 20% y mixto
del 12%. De estos el 80% se presentaron en los primeros dos días,
con un 90% de las trombosis arteriales antes de terminar el primer día
y el 41% de las trombosis venosas ocurrieron después del primer día
(14).
2. CONSIDERACIONES FISIOPATOLÓGICAS
El reimplante, la revascularización y la trasferencia de tejidos está determinando
por condiciones fisiopatológicas que permiten la permeabilidad de
los vasos anastomosados y la supervivencia del tejido. Existen factores tanto
dentro de la luz vascular como fuera de ella, que determinan el flujo (2,3).
Con relación a los factores extravasculares los cambios en la presión
de perfusión, la viscosidad sanguínea y el área de sección
trasversal influencian el flujo sanguíneo. Si el flujo es proporcional
a la cuarta potencia del radio del vaso, una pequeña vasoconstricción
dada por hipovolemia o por hipotermia afectaría el flujo al tejido
reimplantado. La presión arterial sistémica es la mayor determinante
del gradiente de presión a través del tejido trasplantado y
la viscosidad está en relación lineal con el hematocrito, presentado
un aumento marcado con hematocritos mayores del 40%. Además se asegura
un flujo adecuado al tejido trasplantado al mantener la máxima dilatación
vascular posible de los vasos anastomosados.
Con relación a los factores intravasculares, el mantenimiento del
volumen intravascular evita la activación del eje de Renina-Angiotensina-Aldosterona
y disminuye el riesgo de vasoconstricción periférica, aún
en vasos afectados por patologías sistémicas como la Diabetes
y la Ateroesclerosis (3). La hemodilución normovolémica tiene
un gran impacto en la reología vascular. Al llevar el Hematocrito
(Hto) a 25-30% se evita la formación del efecto roleaux en eritrocitos
y se obtienen flujos más uniformes con eritrocitos dispuestos en columnas
ordenados en el centro del vaso y flujos más rápidos que compensan
el déficit posible en el trasporte del oxígeno (2). Finalmente,
se debe evitar la trombosis en la zona de anastomosis, originada inicialmente
por una lesión oculta de la íntima del vaso que ocasiona la
liberación de mediadores : ATP, serotonina y endotelina, que facilitan
la activación y agregación plaquetaria, ocasionando fenómenos
de no reflujo y pérdidas de la anastomosis (3).
3. CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS
Los procedimientos de microcirugía conllevan por lo general tiempos
quirúrgicos prolongados (más de cinco 5 horas).Lograr un estado
final óptimo en el paciente es resultado del adecuado manejo de dos
períodos que se describen a continuación :
Período inicial, es el intervalo de tiempo luego de la inducción
hasta la interrupción del aporte sanguíneo del colgajo a trasplantar,
en el cuál se debe mantener un estado de normovolemia con el uso combinado
de cristaloides y gelatinas con hemodilución para evitar el riesgo
de hipoxia del colgajo.
Período final, presenta dos fases :
- El período de hemodilución, que representa el tiempo de isquemia
caliente para el cirujano que en promedio en cirugía electiva es de
2 horas, donde realiza la disección de la zona de la anastomosis,
del cuál tiene para la conservación del colgajo un tiempo de
isquemia caliente crítico de 4 horas y se prolonga hasta 24 horas
en un dedo y de 12 horas en un antebrazo bajo enfriamiento. En este período
se realiza la mayor hemodilución e hiperdinamia posible de acuerdo
a la evolución previa, con cristaloides y coloides, teniendo en cuenta
mantener frecuencias cardíacas entre 60 a 80 latidos por minuto y
un buen volumen de eyección.
- El período post-anastomosis, período en el cuál el
colgajo está beneficiado de un aporte de oxígeno adecuado con
hematocritos entre 25 a 30% y un estado de hemodilución normo ó hipervolémica,
con buena perfusión. Se caracteriza por respuesta muscular al estímulo
eléctrico, tono venoso adecuado, cambios de la coloración
y sangrado de los bordes del colgajo; en esta fase es necesario evitar
el edema
intersticial ocasionado por los cristaloides.
El logro de los objetivos hemodinámicos en estos dos períodos,
depende del manejo de los siguientes aspectos:
3.1 Posición
La acomodación del paciente busca evitar la isquemia cutánea
por presión y las neuropatías periféricas por compresión
de nervios, gracias al uso de colchones anatómicos adaptados a la
posición quirúrgica y la protección de las zonas de
flexión con almohadas. Es importante también prever los cambios
de posición necesarios en el trans-operatorio. Si no es necesario
exponer los miembros inferiores, se indica el uso de medias antitrombóticas
elásticas ó el aparato de compresión intermitente automático.
La posición del cuello y de la cabeza se deben cambiar con alguna
frecuencia ya que se puede presentar alopecia en la zona de presión
del soporte circular (“ roscón”).
3.2 Monitoría
Debido a la magnitud del procedimiento quirúrgico, la duración
prolongada, el alto recambio de líquidos, el riesgo de sangrado y
la posible hipotermia, monitorizamos la presión arterial de forma
invasiva, la presión venosa central, la temperatura central y cutánea,
la concentración espirada de dióxido de carbono (CO2), la pulsoximetría
con pletismografía, el electrocardioscopio, gases sanguíneos
arteriales y venosos, niveles de lactato sérico, electrolitos séricos
y glicemia. La monitorización de la relajación neuromuscular
con acelerometría es útil mas no indispensable .
3.3 Accesos vasculares
Se debe planear conjuntamente con el grupo quirúrgico la zona expuesta
y la mejor posición del paciente antes de la inducción anestésica,
para realizar el acceso vascular con dos catéteres venosos periféricos
de gran calibre como 14 ó 16G e inserción del catéter
venoso central por vía yugular, subclavia ó femoral (Drump), ó por
alguna de las medianas en el brazo. Las llaves de 3 vias, los equipos de
transfusión, las extensiones en los venoequipos etc colocados antes
de la asepsia operatoria, facilitan la práctica sin incomodar a los
demás.
3.4 Componentes sanguíneos
La reserva de glóbulos rojos empacados y de plasma fresco congelado
debe realizarse con antelación y su uso adecuado debe limitarse de
acuerdo a parámetros macro y microcirculatorios de perfusión
(frecuencia cardiaca, tensión arterial, gasto urinario, presencia
de acidosis, tasa de extracción de oxígeno y concentración
de lactato sérico).
3.5 Técnica anestésica
La técnica anestésica combinada al usar la anestesia general
asociada a la regional proporciona mayor control ante el estrés quirúrgico,
evitando el alto consumo en los anestésicos halogenados y el requerimiento
elevado de opioides, al igual que el bloqueo simpático vascular facilitaría
la perfusión al evitar la vasoconstricción. Sin embargo la
evidencia de estudios en animales y en humanos con monitoría invasiva
de perfusión tisular tiende a evitar la técnica regional asociada
a la general, al demostrar que existe deterioro en la perfusión del área
injertada con una disminución del 20-30% en el flujo sanguíneo
microcirculatorio (12). En estudios en animales sometidos a colgajos del
dorsal ancho con anestesia peridural y general se encontró disminución
hasta en un 25% en el flujo sanguíneo microcirculatorio en situaciones
de hipovolemia del 10%(13).Se plantea entonces la hipótesis del robo
circulatorio en el tejido trasplantado debido al efecto vasodilatador conservado
en los vasos receptores bien inervados, sin preservarse el mismo cambio en
los trasplantados, con la posibilidad de desarrollar isquemia, secundaria
a disminuciones en los niveles de presión de perfusión (12).
Si la red de gases en el quirófano ofrece la posibilidad de usar aire
medicinal, la FiO2 administrada será la más baja que tolere
el paciente, con el fin de minimizar los daños ocasionados por el
estrés oxidativo especialmente a nivel de vía aérea.
3.6 Manejo de líquidos endovenosos
Debido a la extensión quirúrgica y al objetivo final de mantener
un tejido trasplantado bien prefundido partiendo de cifras tensionales normales ó elevadas
con una hipervolemia leve y gasto cardíaco elevado, se deben evitar
cambios hemodinámicos que sugieran hipovolemia en el trans-operatorio
gracias al monitoreo del gasto urinario horario (mayor a 2 ml/kg/h), de la
presión venosa central con aumentos de 3-5 cm de agua, de la oscilación
de la presión de pulso (evitando la convergencia) y de la frecuencia
cardíaca (1). No existe aún un acuerdo entre el uso de coloides
y cristaloides, sin embargo es bueno resaltar varios aspectos (5):
1. Los estados de estrés fisiológico: el trauma, la sepsis ó las
quemaduras al presentar un estado pro-inflamatorio con liberación
de interleuquinas afectan la microcirculación alterando el endotelio,
cambiando la distribución normal de los líquidos corporales
y facilitando el edema intersticial con el uso de cristaloides y coloides.
2. El tejido trasplantado no puede manejar eficazmente el edema intersticial
al no tener red linfática.
3. Los cristaloides isotónicos como la Solución Salina Normal
(SSN al 0.9%) y el Lactato de Ringer frente a los coloides como la Gelofusina
4% ó Haemaccel 3% ocasionan mayor edema intersticial.
4. El uso de cristaloides con mejor composición de electrolitos cercanos
a la composición fisiológica, evita estados de acidosis metabólica
mineral por aniones no metabolizables como el Cloruro (Cl-) observados con
el uso de la SSN 0.9% y la solución Ringer.
5. Los coloides con mejor impacto en la microcirculación mejorando
la reología son los Dextranos.
6. Los coloides con mayor reacción anafiláctica por liberación
de histamina son las gelatinas, como el Haemaccel y la Gelofusina, seguidos
por los Dextranos.
7. La vida media y el grado de sustitución de los coloides determinan
la duración y la expansión de la volemia.
8. La vida media de eliminación de gelatinas, como la Gelofusina es
de 3 a 4 horas predisponiendo al paciente a hipovolemia post-quirúrgica.
9. En el uso de coloides, las reacciones adversas como el aumento de los
tiempos de sangrado están relacionados con las dosis elevadas y
el mayor peso molecular.
3.7 Anestésicos inhalatorios
En los estudios sobre el efecto micro circulatorio, de los agentes anestésicos
halogenados, existen mediciones in vivo en el músculo esquelético
de la modulación de la micro circulación teniendo el coeficiente
de filtración capilar como índice de permeabilidad micro vascular,
donde el uso del Sevoflurano versus el Propofol como agente anestésico
continuo, presentó menor coeficiente reduciendo el riesgo de formar
edema intersticial al usar cristaloides (16).
Al comparar el uso del Halotano versus el Isoflurano en animales con hipovolemia
del 15%, se presenta mejor conservación del flujo sanguíneo
micro circulatorio con el segundo porque disminuye en menos del 10% el flujo
micro circulatorio versus el 49% de disminución con el Halotano
(15).
Efectos en la coagulación, el Halotano presenta varios reportes de
inhibición plaquetaria, al igual que el Sevoflurane. Al comparar Sevoflurano
e Isoflurano existe un estudio de serie de casos con 34 pacientes sometidos
a mediciones por el método de Duke del tiempo de sangrado con mediciones
pre-anestésicas normales y controles intraquirúrgicas, con
CAM respectivos entre 1 a 1.5, presentando prolongación en el tiempo
de sangrado sólo con el Sevoflurano, con aumento hasta en un 40% en
el tiempo de coagulación de forma significativa, sin reportar aumento
en las pérdidas sanguíneas totales al usar el Sevoflurane ó aumento
en los requerimientos de trasfusiones sanguíneas (17).
Efecto tóxico, la exposición prolongada durante varias horas
puede ocasionar toxicidad por el metabolismo y la formación de compuestos
asociados al reaccionar con la cal sodada deshidratada como el compuesto
A y el monóxido de carbono.
Al igual que el Isoflurano, el Desflurano genera poca formación de
Flúor (Fl-), disminuyendo la posible toxicidad renal y hepática
presente con el Enflurano ó Sevoflurano. (21)
La presencia de monóxido de carbono generado de mayor a menor concentración
por el Desflurano, Enflurano, Isoflurano, Sevoflurano y Halotano, ocasiona
la formación de carboxihemoglobina limitando la unión del oxígeno
a la hemoglobina, desviando la curva de disociación de la hemoglobina
hacia la izquierda generando taquicardia y aumento en los tiempos de coagulación,
presentando un riesgo no evaluado aún en exposiciones prolongadas
a flujos bajos de los halogenados (22,23). El desflurano no tiene reacción
con la cal sodada hidratada en un 15%, generando monóxido de carbono
con la cal sodada poco hidratada (<4.6%) y temperaturas cercanas a 70°C
(22).
La medición de las concentraciones sanguíneas del flúor
inorgánico y del compuesto A con flujos bajos (1Lit/min.) de Sevoflurano
versus Isoflurano con exposición prolongada (> 10 horas) presentó mayores
concentraciones al usar Sevoflurano sin generar cambios en la función
hepática ó renal de forma significativa en un grupo de 30 pacientes
de bajo riesgo para disfunción hepática ó renal (24).
Rendimiento anestésico y minimización de costos, Los datos
aportados por la literatura respecto al volumen de vapor producido por 1
ml. del anestésico inhalatorio a temperatura de 20°C y 1 atmósfera
de presión, sería para el Halotano 228 ml, para el Desflurano
209.7 ml, para el Enflurano 198.5 ml, para el Isoflurano 195.7 ml. y para
el Sevoflurano 182.7 ml (28).
Con el uso de técnicas de bajo flujo (1 Lit/min.) el Desflurano y
el Isoflurano obtienen datos comparables. Al utilizar el Halogenado a concentraciones
de 3 CAM durante 1 min. con un flujo de 3.5 Lit/min., disminuido a 1.5 CAM
durante 10 min. y posteriormente a 1.2 CAM, con un flujo de 1 Lit/min. se
obtiene una concentración alveolar cerca de 1 CAM. El consumo reportado
en los primeros 20 minutos sería para el Halotano 8.16 ml, Isoflurano
11.6 ml, Sevoflurano 8,39 ml y Desflurano 11.89 ml. Luego de los 20 minutos
de saturación del alvéolo y del circuito el consumo sería
reducido de forma significativa (29).
De esta forma al considerar las propiedades farmacocinéticas de cada
halogenado frente a una cirugía prolongada el uso del Desflurano e
Isoflurano serían la mejor opción.
3.8 Fármacos vaso-activos
El uso de fármacos vaso-activos ocasiona diferentes cambios en la
microcirculación al actuar sobre receptores alfa-1 y alfa-2 reflejado
su efecto en la resistencia vascular sistémica que afecta la perfusión
en la micro circulación del colgajo y el gasto cardíaco. Se
ha estudiado el uso de la Nitroglicerina y de la Fenilefrina en cerdos sometidos
a microcirugía con colgajos del dorsal ancho e implante en miembro
inferior, encontrando con el uso de Nitroglicerina en infusión disminución
en un 30% de la presión arterial media y la resistencia vascular sistémica
sin afectar el gasto cardíaco, pero disminuyendo el flujo sanguíneo
y micro circulatorio al colgajo al aumentar en un 20% la resistencia vascular
del colgajo. El uso de Fenilefrina en infusión en estados de normovolemia
elevó la resistencia periférica y la presión arterial
media en un 30%, manteniendo el gasto cardíaco y el flujo sanguíneo
total y micro circulatorio, al parecer su efecto agonista alfa-1 se realiza
en arteriolas grandes (110 um de diámetro) sin comprometer las arteriolas
terminales que responden más al efecto alfa-2 como el ocasionado por
la norepinefrina, la acidosis y la hipoxia (20).El uso de inotrópicos
tipo dopamina ó dobutamina, al tener efecto agonista sobre receptores
B1 y B2 mejora la perfusión micro circulatoria y contrarresta el efecto
cardio-depresor de los anestésicos halogenados, partiendo de infusiones
mayores a 5 ug/kg/min al aumentar el gasto cardíaco. Sin embargo su
uso depende de la respuesta hemodinámica a la hemodilución
y parámetros de hipoperfusión como aumento en el lactato sérico
e hidrogeniones metabólicos (Hm+) previa normotermia y normovolemia.
El uso de estos compuestos está indicado en todos los pacientes cuya
presión arterial media no sea suficiente para garantizar una buena
perfusión del colgajo. En adultos: PAM mayor a 65 ó 70 Mm.
Hg.
3.9 Control de la temperatura
En cirugías prolongadas la hipotermia es un hallazgo frecuente, debido
a la inhibición de la termorregulación permitiendo la redistribución
generalizada de calor del compartimiento central al periférico debido
a la dilatación de los shunt arterio-venosos, asociado a temperaturas
bajas en la sala quirúrgica y la administración de grandes
volúmenes de líquidos. Luego de 30-45 minutos de la inducción
anestésica la temperatura central disminuye entre 1-1.5° C debido
a la redistribución del calor, presente en la anestesia general y
regional, con potenciación en la anestesia combinada (9).
Se han reportado diferentes riesgos asociado con la hipotermia leve (34-36.5 °C)
peri-operatoria, como aumento en la incidencia de isquemia miocárdica
y fibrilación ventricular por mayor liberación de catecolaminas,
evidente efecto inotrópico negativo, aumento en la presión
pico de la vía aérea por bronco espasmo, mayor pérdida
sanguínea al disminuir la velocidad de activación enzimática
de los factores de coagulación, mayor incidencia de infecciones de
la herida quirúrgica, disminución del CAM de los halogenados,
mayor efecto de los relajantes neuromusculares por cambios en los volúmenes
de distribución, prolongación del tiempo de recuperación
anestésica, aumento en la viscosidad sanguínea de 2-3% por
cada grado de temperatura, temblores post-anestesia con el objetivo de
compensar la deuda de calor al activarse nuevamente el centro termorregulador
(9,10,11).
La temperatura central disminuye en 0.5°C y en 0.25°C al realizar
transfusiones de una unidad de glóbulos rojos empacados provenientes
del banco de sangre a 4°C en un hombre promedio de 70 kg ó un
litro de cristaloides a temperatura ambiente, respectivamente. Estudios en
cirugía de cadera reportan que el descenso en 2°C de la temperatura
central presenta una pérdida sanguínea adicional de 500 ml.
frente a los pacientes normo térmicos.(9,10).
En microcirugía la reacción a cambios de temperatura se preserva
en los vasos trasplantados ocasionando episodios de isquemia por vasoconstricción
en la hipotermia, deteriorando el resultado final.
Por lo anterior es necesario mantener una temperatura en rangos normales
(>36.5°C) con un gradiente de temperatura entre la central y periférica < 1°C,
como indicador indirecto de vaso dilatación periférica. Las
zonas para la medición de la temperatura central varían de
acuerdo a la invasividad y precisión teniendo el siguiente orden
descendente:
1° sensor térmico del catéter de arteria pulmonar
2° sensor especializado para membrana timpánico
3° sensor rectal y el acoplado a una sonda vesical
4° sensor en nasofaringe
Las medidas para prevenir la hipotermia por redistribución incluyen:
1. Minimizar la redistribución del calor, al aumentar el calor en
el compartimiento periférico para reducir el gradiente de temperaturas
mediante el pre-calentamiento activo una hora antes de cirugía con
mantas térmicas a temperaturas máximas de 43°C y aumentar
la perfusión del compartimiento periférico con vasodilatadores
tipo nifedipina. Adecuar la temperatura de la sala quirúrgica si es
posible mayor de 21°C y óptimo en 28°C (1,9). Se debe usar
un termómetro de pared que ayuda a monitorizar esta temperatura.
2. Calentamiento cutáneo durante la anestesia de forma activa con
colchoneta térmica eléctrica ó con agua caliente circulando
(blanquetrol). Calentamiento cutáneo pasivo envolviendo las extremidades
y demás superficies con algodón laminado y bolsa plástica.
Los sistemas de calentamiento que usan aire caliente que circula a través
de un cobertor no son útiles dado que el peso de los campos quirúrgicos
lo colapsan y el aire no circula.
3. Calentamiento interno, mediante el uso de soluciones cristaloides ó coloides
parenterales llevadas a 32 grados centígrados con un horno microondas.
4. Calentamiento y humidificación de los gases en la vía aérea
usando un humidificador tipo Higrobac, aunque ésta contribuye sólo
en un 10% de la tasa metabólica basal en la pérdida del calor.
Otra medida disponible es infundir líquidos calientes al abdomen por
medio de una sonda naso gástrica.
Adicionalmente en el postoperatorio inmediato, se debe mantener ó restaurar
la normo termia y tratar los temblores post-anestesia que aumentan el consumo
metabólico del oxígeno (O2) y el riesgo de espasmo en la anastomosis
del colgajo. El mantener una normo termia intra-quirúrgica disminuye
la incidencia de temblores, al igual que el calentamiento activo de la piel
disminuyendo el estímulo central del temblor.
Para el manejo de los temblores pueden ser efectivos los opioides tipo
Meperidina IV (12.5 – 25 mg) y Sufentanil peridural (50 – 100 ug), la Clonidina
IV (75 – 100 ug) ó la Clorpromazina (2.5 – 5mg) (11).
La Meperidina presenta la mejor efectividad reportada en el control a corto
tiempo en los temblores e igualmente la menor incidencia de recurrencias
con diferencias significativas frente a la Morfina y al Fentanilo (18).
3.10 Opioides
El uso de opioides en infusión intravenosa es de gran utilidad en
cirugía prolongada al lograr menor variación en las concentraciones
sanguíneas comparado con el uso de dosis intermitentes, controlando
adecuadamente la analgesia y disminuyendo los requerimientos de anestésicos
y relajantes neuromusculares (25).
Los opioides de acción corta tipo Remifentanil son excelentes para
el control de la analgesia intra-operatoria, de la presión arterial
y ocasiona vaso dilatación marcada. Su vida media contexto sensible
oscila entre 4 a 6 minutos lo que facilita la ausencia de efectos secundarios
con mejor resultado al evaluar el estado de conciencia post-quirúrgico
inicial (27).
El Fentanilo presenta una vida media contexto sensible prolongada (260
minutos) luego de cuatro horas de infusión, lo cuál genera mayor tiempo
bajo efecto opiáceo. El uso de esquemas de infusión con cambio
de dosis horario genera concentraciones analgésicas luego de 4 a horas
de infusión entre 1-2 ng/ml, partiendo de ritmos de infusión
de 0.07 ug/kg/min IV en la 1° hora, luego de 0.05 ug/kg/min IV en la
2° hora, 0.03 ug/kg/min en la 3° hora y continúa con 0.02
ug/kg/min por las siguientes horas, suspendiendo 45 a 60 minutos antes de
terminar el procedimiento ( 26). El uso de infusiones de Fentanilo en cirugías
mayores de 4 horas genera menos costo frente al uso del Remifentanilo, dada
la presentación de sólo 2 mg por ampolla de está última.
3.11 Procedimientos durante la gestación
El manejo del riesgo peri-operatorio materno y fetal varía con cada
trimestre. Existen varios reportes de reimplantes y trasferencias de colgajos
realizadas en el 2° trimestre del embarazo, con reportes desde la semana
14, época en la cuál la órgano génesis esta completa
y es bajo el riesgo de parto pretérmino (7,8).
En el embarazo el balance de líquidos es de gran importancia para
evitar los extremos de hipoperfusión por hipovolemia ó sobrecargas
que lleven a edema pulmonar en estas cirugías prolongadas. Los niveles
elevados de progesterona y de opioides endógenos aumentan el umbral
al dolor, disminuyendo los requerimientos anestésicos.
En el pre-operatorio debido al estado hipercoagulable del embarazo por
aumento de factores de coagulación y disminución de la fibrinolisis,
el riesgo de trombosis de la anastomosis aumenta. El uso de la heparina no
fraccionada o de bajo peso molecular es segura y efectiva con facilidad de
monitoreo gracias al Tiempo parcial de tromboplastina (TPT) y los niveles
del factor Xa, con la posibilidad de requerir dosis más elevadas.
La warfarina no es segura durante el embarazo al asociarse a teratogenicidad
y aumento del riesgo de hemorragia intracerebral en el feto. El ácido
acetil-salicílico bloquea la agregación plaquetaria a dosis
de 80-100 mg al día y existen reportes de malformaciones al ingerirse
antes de la semana 12 de embarazo, en dosis mayores bloquea la producción
de prostaglandinas vasodilatadoras como la Prostaciclina.
El Óxido Nitroso se debe evitar dado que inactiva la vitamina B12,
cofactor en la síntesis de DNA, reportándose teratogenicidad
y aborto espontáneo con el uso prolongado.El uso de analgésicos
opioides como Morfina, Meperidina y Fentanilo se consideran seguros, a
diferencia de los AINES que luego de la semana 32 aumentan el riesgo de
cierre prematuro
del ductus arterioso (7).
En el post-operatorio el uso de fibrinonolíticos como opción
trombolítica en el colgajo esta contraindicado por el riesgo elevado
de hemorragia placentaria excepto en protocolos establecidos de manejo
de embolismo pulmonar agudo. El uso de vasodilatadores locales como Lidocaina
es seguro para evitar el vaso espasmo. (7).
La monitoría fetal se debe realizar de forma continua luego de la
semana 16 debido al tiempo quirúrgico prolongado y variaciones esperadas
en la presión de perfusión asociado al recambio elevado de
líquidos corporales. Por último debe estar disponible la asistencia
inmediata del equipo obstétrico ante eventos intra-quirúrgicos
inesperados que amenacen la viabilidad fetal (7,8).
3.12 Analgesia
El control del dolor y la ansiedad en el post-operatorio es de gran importancia
al evitar estados de aumento de catecolaminas circulantes en plasma que
afecten el área de la anastomosis (1,3).
La analgesia peridural a concentraciones bajas de bupivacaina (0.165%)
con ó sin
Fentanilo e inicio en el período final post-anastomosis luego de establecerse
la hiperdinamia representa bajo riesgo de hipoperfusión.
El uso de Opioides por vía intravenosa representa una buena alternativa
a la analgesia peridural e igualmente de fácil control en la unidad
de cuidados intensivos (UCI) asociado al uso de ansiolíticos como
las benzodiacepinas.
El uso de AINES en el postoperatorio aumentaría el riesgo de hemorragia
post-quirúrgica ó de trombosis del pedículo vascular,
por lo cuál el riesgo excede al beneficio si se compara con los opioides ó la
analgesia peridural (1).
3.13 Solución Salina Hipertónica
Ha demostrado su utilidad al movilizar grandes cantidades de líquido
del espacio intersticial al intravascular gracias al potente gradiente osmótico
transcapilar en estados de choque hemorrágico severo, quemaduras,
pancreatitis, sepsis y trauma craneoencefálico severo, disminuyendo
la incidencia de complicaciones como falla renal, coagulopatías y
síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA), con efectos
anti-inflamatorios in vitro por atenuar la activación de los polimorfo
nucleares, la cito toxicidad y la liberación de súper óxido
dismutasa y elastasa, e in vivo bloqueando la expresión de los receptores
de adhesión celular como las Selectinas L e I-CAM 1, inhibiendo el
anclaje del leucocito al endotelio (4,5). En la microcirculación presenta
grandes ventajas como el promover el flujo capilar al evitar el colapso capilar,
la hipertonicidad moviliza líquidos de los vasos de alta capacitancia
como las vénulas aumentando el volumen intravascular, mejorando la
reología del flujo arteriolar sin variar el diámetro de los
vasos y conservando la integridad micro vascular en diferentes estados de
respuesta inflamatoria (4). La solución salina hipertónica
también atenúa la elevación de citoquinas pro-inflamatorias
como el FNT alfa y la IL-6, las cuales aumentan en estados de shock hipovolémico
(4,5).Los cambios ocasionados en la osmolaridad y la natremia luego de la
infusión de la solución salina hipertónica son transitorios
y dentro de niveles aceptables con efecto hemodinámico durante 15
a 20 minutos y hasta 60 minutos si se asocia a coloides como Dextran ó Hydroxietil
Starch (6).
En microcirugía no existen reportes del uso de solución salina
hipertónica con el objeto de favorecer la perfusión del tejido
anastomosado, sin embargo dadas todas sus ventajas a favor de la microcirculación
debe ser objeto de investigación para determinar si influye en la
disminución de complicaciones.
3.14 Manejo de la vía aérea.
Dependiendo del sitio del cuerpo que se va a operar, la vía aérea
se intuba de manera convencional. Cuando la cirugía compromete maxilares ó cavidad
bucal, la intubación debe ser por fosa nasal . Ocasionalmente, el
tubo sale a través del piso de la boca con el fin de proveer mayor
campo operatorio al cirujano. Si el tubo es reforzado ó argollado
en alambre para evitar su colapso es necesario usar adaptadores especiales
con el circuito respiratorio para evitar que en las zonas de presión
( labios, cartílago del ala nasal, columnela, etc.) se produzca esfacelación
y necrosis .Con este fin, es útil usar tubos endotraqueales preformados
en “S” itálica ó en forma de “C”..
Se debe evitar la sobrepresión en el neumotaponador por tiempo prolongado,
especialmente si se usa óxido nitroso. Con alguna frecuencia la intubación
es difícil ó imposible, y se hace necesario usar el fribroscopio
. Otros pacientes llegan al quirófano con su traqueotomía funcional, ó esta
se realiza preoperatoriamente con anestesia local. Se debe usar siempre filtro
antibacteriano y viral, con capacidad para humidificar tipo Higrobac. El
tubo se fija de tal manera que no dé sorpresas en el transoperatorio,
sea con esparadrapo ó fijándolo con sutura a un diente ó a
la gingival.
4. RECOMENDACIONES ESPECIFICAS
La anestesia para los procedimientos de microcirugía vascular de forma
electiva ó urgente, requiere un planeamiento adecuado junto al equipo
quirúrgico sobre el riesgo pre-quirúrgico, los objetivos de
revascularización, el tiempo quirúrgico, el área corporal
comprometida y el apoyo post-quirúrgico necesario idealmente en
la UCI.
Los objetivos del acto anestésico en cirugía prolongada micro
vascular se centran en:
1. Mantener y mejorar la reología micro vascular.
2. Evitar zonas de isquemia y presión cutánea; ayuda el colchón
plástico con burbujas de aire. Evitar en lo posible posiciones forzadas
del tronco y del cuello.
3. Evitar la hipotermia.
4. Evitar el edema intersticial.
5. El uso racional de las trasfusiones sanguíneas y de líquidos
endovenosos.
6. Evitar la toxicidad de los anestésicos.
7. Favorecer y mantener la perfusión tisular en la zona del colgajo.
8. Utilizar la monitoría post-quirúrgica intensiva.
Los lineamientos básicos específicos soportados con mejor evidencia
según lo revisado anteriormente serían:
1. Monitoría invasiva total.
2. Uso de colchones anatómicos y soporte elástico en miembros
inferiores.
3. Catéter peridural sólo para analgesia.
4. Evitar la técnica anestésica regional ó combinada.
5. Evitar hipotermia con temperatura centrales inferiores a 36.5°C y
gradientes de temperatura (central-periferia) mayores a 1°C, gracias
a medidas activas y pasivas.
6. Mantener concentraciones espiradas de CO2 entre 32-34 mm Hg.
7. Uso de agentes halogenados tipo Isoflurano ó Desflurano con flujos
bajos (1 Lit/min).
8. Uso de infusiones de opioides tipo Fentanilo con dosis descendentes
en las primeras cuatro horas.
9. Mantener hemodilución normovolémica ó hipervolémica
con hematocrito de 30%.
10. Mantener un estado hiperdinámico con gasto cardíaco y
tensiones arteriales elevadas, con el uso de coloides y drogas vaso activas.
11. Realizar controles invasivos de la extracción de oxígeno,
hidrogeniones metabólicos venosos y niveles de lactato sanguíneos.
12. Evitar maniobras de valsalva, dolor ó ansiedad en el post-quirúrgico
inmediato.
13. Efectividad del procedimiento en el segundo trimestre del embarazo
con monitoria fetal adecuada.
5. RECOMENDACIONES GENERALES
1. Considerar la inclusión del paciente en un programa de hemodilución
normovolémica preoperatoria y posterior autotransfusión.
2. Premedicar con doce horas de anticipación
3. Los reportes de laboratorio deben estar actualizados.
4. Si es posible, tomar una radiografía de tórax para chequear
la correcta posición del catéter venoso central.
5. Por todas las implicaciones fisiopatológicas que una anestesia
prolongada conlleva, es importante disponer de Unidad de Manejo Intensivo
en el postoperatorio.
6. Usar siempre una solución hidratante y/o antibiótica en
los ojos, además de protectores oculares rígidos.
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